Que entienda Susana Giménez : no existe posibilidad alguna de darle a la sociedad argentina mayor seguridad ciudadana sin asegurarle simultáneamente que no habrá más impunidad para los delitos del poder
Publicado en la Voz del Interior el 9 de marzo del 2009
El principal derecho de una sociedad y el de la humanidad entera es el de vivir en paz y en justicia. Este es el significante último de los derechos humanos. No se conciben derechos humanos en una sociedad atacada por altas dosis de violencia.
Es igualmente un error clamar por la pena de muerte como garantía de seguridad ciudadana. Mi experiencia de 12 años en la defensa de Victor Saldaño –el único argentino condenado a muerte– me ha llevado a conocer algunas realidades que vale la pena contar. 1) Dos terceras partes de los 51 estados que conforman los Estados Unidos tienen legislada la pena de muerte y no existe diferencia alguna en términos de índices de criminalidad entre los estados que la tienen y los que no la tienen. El valor disuasivo para la criminalidad de la pena de muerte es prácticamente nulo. 2) La mayor población carcelaria del planeta la tienen los Estados Unidos y la China. Nada permite afirmar que esta severidad punitiva haya bajado índices de criminalidad en esas sociedades. Menos aun de criminalidad violenta. 3) Las dos terceras partes de la población carcelaria en los Estados unidos son integrantes de las minorías negras y latina, lo que muestra la trágica realidad entre penas y pobreza.
La dialéctica del orden y del caos que expresa la Argentina de hoy se conecta con el reclamo de seguridad de Susana Giménez, ya que el nuevo concepto de orden que se está gestando en la Argentina de 2009, está inevitablemente impregnado de un reclamo de seguridad.